El trauma se codifica en el cerebro y cuerpo

Las reacciones de supervivencia están diseñadas para permitirnos actuar:

  • Cuando la amenaza es demasiado intensa, o el sistema al que nos enfrentamos es demasiado dominante, estamos listos para la movilización, o ataque. Estas reacciones no son malas pues nos pueden proteger, pero con el exceso de ellas podríamos congelarnos o desmoronarnos.

  • En lugar de ayudarnos a encontrar seguridad, pertenencia y dignidad, estas energías protectoras quedan atrapadas en nuestro cuerpo, sin una forma clara de expresión.

Otros síntomas: ansiedad sostenida, aislamiento, desconfianza generalizada, disociación mental, entumecimiento emocional, culpa y ataque.